jueves, noviembre 02, 2006

Convalecencia

En el google definitions encontré la diferencia entre convalecencia y convalescencia, resulta que la primera (sin “s”) es la fase de recuperación una vez superada una aguda enfermedad, mientras que la segunda (con “s”) es un periodo de recuperación luego de una intervención quirúrgica. Ambas palabras diferenciadas por una letra casi imperceptible en el habla indica dos procesos de recuperación ya sea por el alejamiento de la enfermedad o por corrección operatoria, es decir, como proceso y disciplina del cuerpo o por ayuda externa.

Para los males del corazón, a pesar de los avances de la ciencia aun no se ha podido encontrar ayuda externa. Extirpar el dolor resulta impensable bajo intervención ajena, llámese otro u otra diferente a uno mismo, por lo que la idea de un “clavo que saca otro clavo” o de un externo que permita una recuperación es absolutamente irreal, lo que estaría indicando en realidad es que se trataría de un inicial daño superficial o poco profundo. Para verdaderos desastres sentimentales no existe una convalescencia, sino que se aspira a una convalecencia.

Ahora que dejamos de lado la idea de una convalescencia luego de un verdadero desastre sentimental debemos indicar que la convalecencia (sin “s”) como toda recuperación luego de una enfermedad, amor, o como deseen llamarle necesita de disciplina y de estar atento a las condiciones que envuelven al paciente. El reposo es altamente recomendable pues se trata de una debilidad del cuerpo para luego pasar a la etapa de terapia física que permita devolver al cuerpo la tonicidad inicial que le arrebató la enfermedad, solo después de estas dos etapas uno esta apto para enfermarse nuevamente. Como todo tratamiento mal llevado o apresurado la enfermedad puede degenerar en un mal crónico por lo que estaríamos hablando de un proceso de convalecencia perenne.

Ahora que han pasado muchos años puedo agradecer al síndrome Rigaudiere de haber compartido conmigo, como regalo de despedida un escrito que grafica fielmente los procesos de convalecencia y que finalmente comparto con ustedes para las múltiples convalecencias que vivieron, viven y vivirán en sus inútiles existencias, espero que solo recuerden este poema y no todo este terrible floro previo:

De Pedro Salinas (1933) La Voz a ti debida

No quiero que te vayas
dolor, última forma
de amar. Me estoy sintiendo
vivir cuando me dueles
no en ti, ni aquí, más lejos:
en la tierra, en el año
de donde vienes tú,
en el amor con ella
y todo lo que fue.
En esa realidad
hundida que se niega
a sí misma y se empeña
en que nunca ha existido,
que sólo fue un pretexto
mío para vivir.
Si tú no me quedaras,
dolor, irrefutable,
yo me lo creería;
pero me quedas tú.
Tu verdad me asegura
que nada fue mentira.
Y mientras yo te sienta,
tú me serás, dolor,
la prueba de otra vida
en que no me dolías.
La gran prueba, a lo lejos,
de que existió, que existe,
de que me quiso, sí,
de que aún la estoy queriendo.

2 Comments:

At 12:01 p.m., Blogger Unknown said...

Contraaaaa... cómo es eso de "(...)y que finalmente comparto con ustedes para las múltiples convalecencias que vivieron, viven y vivirán en sus inútiles existencias,(...)".. ya pes más con los cariño con los posibles lectores... de lo contrario nos veremos tentados a cometer terrorismo virtual contra su comunidad.

 
At 12:09 p.m., Blogger Toñito said...

ok mi querida bin laden de la red, tienes razon, mil disculpas por mis excesos

 

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