martes, junio 13, 2006

narraciones ordinarias I

Cualquier relación con la vida real es pura y sarcástica coincidencia.......

Cada uno se mata con su propia mano

Era Domingo muy temprano cuando sonó el teléfono. Odio el teléfono-una de las razones por las que luego me mude-, en especial cuando no es para mí y más los domingos antes de las 8 de la mañana. Mi madre contestó y luego grito mi nombre. Pensé: ¿quién miércoles puede llamar tan temprano?, seguro alguien que este de boleto o algún pichagüero madrugador, conteste casi sin ganas y a continuación siguió una cadena de frases que al inicio no entendí bien, a pesar que las palabras eran las mismas. Un tipo sobre una voz ronca me indicaba que me aleje de su mujer, entre ajos y cebollas me decía que no iba a permitir que estemos juntos.....

Luego de rechazar la hipótesis de la broma, porque los bromistas no madrugan, comencé a tomar en serio lo que me decía, ahora mi problema es saber quien es? y sobre todo ¿quién es esa mujer?, lo único que conteste fue: estas seguro que soy yo?.

Era una temporada particularmente tranquila que disfrutaba mucho, durmiendo temprano, jugando fulbito, trate de proyectarme hacia atrás y no recordaba ninguna relación a escondidas..... el desconcierto siguió hasta que la voz ronca, siempre combinando las mismas palabras en sus frases me soltó el nombre de la chica.


Hacia mucho tiempo que no la veía, en esas ausencias que se dan casi sin querer y sin darse cuenta, ¿qué había sido de su vida?, obviamente no valía preguntar eso en este momento, porque por lo oído estaba completamente cegado por los celos que llevan a la ira y como decía yoda al lado oscuro.


Recordé entonces un breve intercambio de mails hace un par de semanas, en los cuales nos saludábamos por una navidad no tan lejana. Habíamos quedado en vernos y tomar café, pero es de esas frases hechas que suelen no llevar a nada. En especial con ella, ya que no toma café solo cerveza, más que yo sin duda.


Supe automáticamente quien era el sujeto que me amenazaba, el ex, ese del cual algunos o algunas se resisten a dejar de sufrir. Un sujeto que graficaba su tiempo. Deje de escucharlo y solo recordaba a ella hablándome de él, todo un cuadro para las trabajadoras sociales, figura paterna ausente, una madre querendona, hijo varón único, que terminó el colegio por cumplir y que había sido victima de un barrio lleno de amigos intranquilos. Recuerdo las veces que ella narraba su violencia, sus vicios, sazonados por una hermana que enviaba dinero desde USA. Había dedicado su tiempo luego de la escuela a la vida libre de la calle, lo vi alguna vez manejando su bicicleta, la cual usaba a veces para arrancar celulares, tenia la mirada roja, entre furioso e ido…. eran sin duda recuerdos dolorosos para ella, pero como muchos de nuestros recuerdos dolorosos, los conservamos como eterno retorno, yo relacionaba todo eso con sus comentarios sobre el barrio y las perspectivas sobre el futuro, la idea de mi rica magdalena del mar, mis calles, mis conocidos, la necesidad de no salir de allí, de no conocer, de quedarse en el tiempo, con su certidumbre, con sus dolores.....


Una vez un tipo sacando una botella de ron afirmo que nunca servia a nadie, que "cada uno se mata con su propia mano", me pareció lo más cierto que alguien podía decir y lo más optimista, la propia elección de mis triunfos y fracasos, en este caso ella había elegido su dolor constante, le abría la puerta a lo que ya conocía, que tenia más valor que la incertidumbre, no importando la violencia o los vicios, claro que eso no es constante, de vez en cuando caía en la cuenta que los años pasaban y que no había futuro...pero era solo un momento.

Magdalena me quedaba chico, y mi pequeño espíritu pragmático no me permitía elegir dolorosas certidumbres, así que terminamos, y como todo termino tuvo sus pequeñas recaídas, pero nada que haga alejarnos de nosotros mismos, después de todo "cada uno se mata con sus propias manos".

La voz ronca y monótona me indicaba que iba a hacerme lió a mi casa que me sacaría la mierda porque lo merezco, porque debo desaparecer, nunca supe que desencadeno eso, ni que hubiera pasado si cumplía sus amenazas. Semanas después me enteré que ella salió embarazada de él y algunos meses luego nuestro desafiante celoso fue llevado a una de esas casas para sacarle el vicio.

Salí luego de esa llamada a comprar tamales, me encantan los tamales los domingos en la mañana, tratando sin éxito de entender la llamada: mi mujer, mi objeto, tu la razón de mi odio, el invitado que paga la cuenta, sin ni siquiera estar invitado. Elegir los dolores, volver a ellos?, porqué?, sin duda nadie engañaba, las cosas estaban sobre la mesa y cada uno toma sus propias decisiones porqué eso tendría que ocasionar problemas?, en fin ya estaba dejando de ser mañana y pronto vendrían los amigos para ir a jugar.